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Bienvenido al burdel de las palabras,
dónde las más putas palabras
se desnudan para deleitar tus oidos,
excitar tus sentimientos
y empalmar tus emociones.

lunes, 29 de agosto de 2016

Sobrado de velocidad



Colecciono horas sin dormir
como si fueran trofeos
de otro día tras sobrevivir.
Qué no es fácil aparentar
estando muerto, hacer como
qué te importase respirar.
Y es que pierdo el aliento
cada rato que intento buscar...
Ni me acuerdo el qué.

Observa, sutil viene a mi,
sus arcadas me besan
cada mañana recordando
mi posición; pero ya pesan
tantas amargas espiraciones,
cargadas de venenosas soluciones
-son ilusiones, vanas creencias de que tus problemas se disipan. Ya no es ni eso, a estas alturas somos completamente conscientes-.

"Si yo pudiera ser feliz
de verdad lo escogería,
pero estoy loco
[...]
Prefiero sufrir en tu pecho
y morir de mis delirios" *

Y no hay más ejemplo que mi camino,
no hay más muestra
qué estando en el Edén
sueñe y viaje cada día con el Infierno.
No es cuestión de nadie,
ni del lugar, ni de las circunstancias,
si me apuras ni de Dios;
son los fantasmas, son sus locuras.

Y no creáis que a la tormenta
no le importa lo que destroza;
llora con cada daño que hace
cada vez que se acerca...
Por eso siempre se va,
por eso siempre es mejor que se vaya.
Todo el mundo desea que lo haga;
nadie pregunta por ella.
¿Acaso sirve para algo?
Nada, al igual que estás palabras de mierda.

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Soy fuego en mi piel.
Es paz en la tormenta.

sábado, 19 de marzo de 2016

Violines y rosas

Lo que sonaba era un violín.
Mientras repiqueteaba
en el cristal finas agujas
de lluvia bastante fría,
pareciera que llegaba el fin.
Cuando la soledad toca
esa canción, alegre para ella
inundando las cuencas
de unos ojos que no saben
que es lo que ven ciertamente.
Era el violín lo que sonaba,
en aquella plaza mientras
eran fusilados un grupo
desertor de recuerdos.
Cada nota, una nueva quemadura
en la piel marchita de aquella rosa,
podrida por exceso de lágrimas,
marchita de tantas mentiras,
cansada, de esperar algún sol
que la levantase.
Era un violín.
No comprenden las masas
lo que aquella canción pedía,
es bien fácil.. Sólo hace falta
escuchar cada desgarro
en el llanto, de aquella melodía.
Realmente no me esperaba,
ciertamente no imaginaba,
y es que a mi la gente me parecía
más noble, con más valía,
más corazón, o meramente
un poco de empatía.

Se fue el piano.

Aunque sigue la lluvia.

Es imposible con sus susurros,
notar algo de alegría...
¿Y es que acaso no se dan cuenta?
Les gritaba con cada movimiento
del arco... que la orquesta viniera.
Ni timbales ni platillos;
sólo era el violín el que sonaba.
Es dulce ver desde la altura
como todos son insignificantes,
es dulce desde el borde de la muerte
como todo está igualado;
como nada tiene sentido,
y a la vez, todo adquiere
su verdadero significado.

¡Esperen! ¡No se vayan!
Aún no ha terminado,
ni tan siquiera había empezado...
El violinista aún afinaba las cuerdas;
aunque hayan acabado
su copa convidada,
hayan limpiado el polvo
de aquel pegajoso cristal,
escuchen su melodía
si no fuese mucho pedir,
por favor.

Que no siempre toda la orquesta
tiene algo que decir,
que la forman instrumentos individuales
y estos no solo siempre
se expresan con su sonido.
Estén atentos a sus expresiones visuales,
vean la rosa marchita
llena de quemaduras.
Fue el violín el causante
y es que no soportaba,
el que publico se fuese
y por mucho que suplicaba
a la gente (¡miserables!),
a ellos (¡ruines!) no les importaba.

El violín sigue sonando.
La lluvia, sigue marchitando
aquella rosa.

No hay sonido.
Solo fuego que se acerca
de nuevo a la rosa,
elude la lluvia, y de nuevo
abrasa el brazo de la rosa.
No era tan difícil escuchar
lo que pedía...

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¡Está loco! Lleva un arma,
sujeto firmemente con su mano,
apoyado al cuello,
y nos mostraba su alma.
Con cada movimiento, abrasaba
un poco más su brazo,
¿Acaso no siente dolor?
No es un arco, si no una cerilla,
no era una música si no sollozos;
Ya su piel se asemeja a una parrilla...

No se da cuenta el violinista,
de lo que siente la rosa,
a cada llama que se pasea
por sus pétalos:
¡Detengalo! No soporto ese
olor a quemado,
aún estando acostumbrado
y no sentir que le pese
el dolor de una nueva nota,
no soportaba aquello
que sólo para el guardaba.
Era su mejor regalo,
la mejor forma de demostrarse
que aún le sentía, que aún le quería.
Que a pesar de todo y las pastillas,
aquella rosa aún vivía.
Pero sonando sólo un violín.
Que en febrero ya sólo quedaba ella,
que el resto habían migrado,
o quizás no, y sólo hibernaron.
Pero sólo quedaba ella:
bajo las lágrimas, o la lluvia;
el fuego, o el violín;
la rosa, o su brazo;
yo y el violinista; el violinista o yo.

No lo tengo claro, últimamente
sueño cosas raras.
Y ya me queda por infortunio
un único remedio...
El sonido de aquél marginado violín,
de aquél maleducado violinista;
y aquella frágil, destrozada, quemada rosa.
No lo siento, y no pido
ya vuestra interesada comprensión.
Que yo entiendo por qué
me gusta el efecto del violín,
y aunque les duela,
la rosa se siente comprendida
por la llama. Ya que es quien
la hace caso. Es quién ahora
la toca por las noches;
es quien le folla sus pétalos
y quien le enciende sus cigarros;
para como en un círculo vicioso
de nuevo acabar en sus brazos.
Pétalos.
Violines.
Mutilaciones. Auto.

Es un respiro el oír su susurro;
es odioso que durante días
sólo escuches el violín y
el cómo se van quemando
sus pétalos. Al final se cogen
cariño. Sólo se tienen a ellos,
y ya lo perdieron todo tratando
de buscar a alguien que le escuchara
a el, y a ella alguien
que le mostrará un mínimo de interés.

Lo perdieron todo, y por eso nadie viene.
Les regalaron a su público todo
para que nunca se fuesen.
¡Idiotas el puto violín,
y la jodida rosa! (Nunca aprenden)
Que el público es una veleta,
y por más que me empeñe,
el Viento siempre sopla en su contra.
Por mucho que les inviten,
a escuchar sus melodías, en cuanto
se acabe, se irán en desbandada.
Como todos los días,
al igual que en sus funciones
repetidas cada semana,
esperando encontrar a alguien
que tuviera coraje
y acabase de escuchar
lo que os tengo que decir.

Aunque lo único que suena
ahora, es ese silbido
al acercar el violín a una rosa...
Pero ya estoy tranquilo.
Se me fueron las preocupaciones
con esa llama, quemando mis pétalos.

sábado, 13 de febrero de 2016

Dime que todavía te acuerdas de mi.
No pido más soluciones
ni más atardeceres
de un color carmesí;
sólo pido algunas razones

Para volver a creer en algo
que me incite a sonreír.
Me cansan los inviernos
y es que así cuesta vivir;

Necesito un puto cuerpo
para intentar volver a dormir,
que entre cantautores
(Yo ya estaba muerto)
me abrazaban y besaban,
y en sus ojos lo entreví:

Un reflejo irreflejable, inexistente,
una noche inacabada
rodeada de calaña y algún ente,
que en momentos de cordura,
dudo siquiera estuviera presente.

Y es que los animales
ya no entienden, como algunos
pudieron sacar algún resquicio
de maldita humanidad.
Que ya no queda, que se la comió,
en aquél filete cada día murió,
lo poco que nos hacía
acercarnos a algo
parecido como a la compasión.

***********†**********

Sólo una pequeña señal
como en aquella canción.
Te confieso que ya no pudo,
sólo un día supo girar;
y ahora el plástico llora,
se implora a Jah,
se esconde entre cartones
y pide a gritos que caiga Babylon;
mientras susurra
que me des una  pequeña señal....

Que ruedo en cada cambio,
mi vida como un balón
colado sin miramientos,
por niños maleducados.
Ya no pido compasión.

Sólo pido toda vuestra compasión.

Sólo pido, que mañana vengas a verme.

Sólo pido, que nunca me vuelvas a hablar.
Pero sólo pido, que me despiertes
cada vez que te levantes;
demasiado me he perdido

Y esto no lo necesitaba.
Cada paso, cada gramo,
que confundido y acribillado
santamente he consagrado,
me encaramaba en mi cruz
marcada en cada mano;

perdón por estar muerto;
no saben cuánto lo necesitaba.
Pero la religión inundó mi ser
y cayó sobre mí,
el peso de la culpa, el beso del dolor;
22 por si aún queda la duda.

Punto y coma.
Sólo nos quedaba el coma.

Soy consciente de que ando
sumido en la mayor esquizofrenia,
provocada por sequía continuada.
De emociones. De tormentas.
Y es que estoy hasta los cojones
de romper las ventanas
y cerrar todas las puertas;
y quejarme que no quedan caminos,
que cortan los respiros

Al igual que me cuesta vida
con cada suspiro.

Repito. Sólo necesito una pequeña señal.
Y una continuada explicación.
No entiendo vuestro día a día...
es inevitable, pediros perdón.

PERDÓN

Despedida

Que ya no volveré a llegar.
Porque no duermo, ya no descanso;
he perdido mis sueños.

Que ya no soporto este derroche
de mentiras y paranoias;
ya no aguanto la incapacidad
de separar lo real de lo virtual.

Y es que desde hace un tiempo
estoy podrido, estoy más que muerto,
y de mi cientos de alimañas
se alimentan de mi cuerpo;

porque era mentira mi cuento,
porque ya nadie traga, ya nadie escucha
aquellos tristes argumentos.
Sólo ya espero a que se vacíe la hucha.

No lo sabéis, pero vosotros que ya si:
abandonasteis y callasteis.
Cosa que nunca, nunca, dejo de hacer mi cabeza
Nunca. Mira si es puta.

Lo he intentado, pero no llego.
Porque no duermo, ya no descanso;
He perdido mis sueños.

Lo noto. Lejano. Insensible. Imperceptible.
Que solo queda pellejo,
en ese animal allí postrado,
que algunos dicen, "no era tan viejo,

no era tan pobre, ni siquiera tan feo."
No es cuestión de cuestiones,
es razón de sin razones,
donde ya ni tan siquiera quedan explicaciones.

Porque no las busco, ya que no
entiendo cuál es el sentido
de abandonar en la basura
todo lo que he vivido.

Y como no entiendo, no apruebo.
Y entonces me reprueban,
y en mi casa ya no puedo
ni esconderme en mi cueva...

Ya ni lo intento, porque se que no llego.
Porque no duermo, ya no descanso;
He perdido mis sueños.

No puedo disimular, que me da asco
vuestra alegría. Que me causa desidia
ver vuestros progresos, vuestro día a día.
No me gusta la carne, ni el progreso.

Lo siento. Lo siento. Lo siento. Lo siento.
Lo siento. Lo siento. Lo siento. Lo siento.
Lo siento. Lo siento. Lo siento. Lo siento.
Lo siento. Lo siento. Lo siento. Lo siento.

Intenté seguir vuestro curso, intenté
comprender vuestra forma de comprender;
mil formas me inventé
para no gritar, para no golpear una nevera;

porque la cabeza a veces me hace eso,
si no lo entiende, se pierde. Pum.
Más me duele a mí,
el pensar en todo esto.

Que si sigo aquí, no es por nada;
tengo formado mi pretexto.
Solo no encuentro la forma de decir...
Que sea suave... Que no sea alarmante.

No voy a llegar nunca a ningún lugar.
Porque ya no duermo, ya no descanso.
Que yo he perdido mis sueños,

y no aguanto veros al resto soñar.
Me quedo con mi veneno,
que me hunda con unos versos,
al ritmo de vientos y timbales.

No menos se merece un muerto.
Solo espero la forma de despegarme de la gente
Solo entonces, estaré listo,
para volver a encontrarme con mi sueño...

Solo busco mi despedida,
algo justo y gratificante,
Para no dejar vacío
Donde no había nada.

Para que quizás mañana
Puedas a tu hijo cantarle
Aquella nana sobre ese hombre
Que quiso pero no pudo

Seguir viviendo
Mientras el mismo
Ataba la soga
A aquella rama a 2,60

Ya no llego.
Porque ya no duermo, ya no descanso.
He perdido. Solo busco la manera de escribir adiós.