Idiota, Maldita, Íntima

Por qué no sales de mis manos,
si antes fluías como agua
cristalina,
mi más íntima,
la que me levanta cuando caigo
y seca mis lágrimas cuando sollozo,
eres la cuerda que me ases y empuja
hacia arriba, cuando me atrapo en un foso.
Ya no se ser.
Por qué te escondes, maldita,
cuando más te necesito,
cuando despierto de este sueño
que me arrastra a la pesadilla de la realidad,
al de que ella no está, de que se fue, y no volverá.
Por qué ya no me consuelas cuando lo necesito,
te veo lejana, y me ignoras. Siento que ya no te importo.
Se que ya no te convengo, de que hay muchos mejores
que te hacen las cosas con más suavidad que yo,
que te nombran, con voz más dulce,
manos más suaves, son las que te tocan.
Y tu sabías que yo era así,
inconformista, libre e inestable.
Por qué huyes ahora que muero,
ahora que no vivo,
idiota.
Que sé que tu guías mi vida,
de que algún día llegarás
arremetiendo con mi puerta,
arrasando con mis males,
sacándome esa sonrisa a la vez
que recorro los versos de tu cuerpo,
corriéndome en cada palabra.
Eres tú,
idiota,
maldita,
íntima
poesía.

"Que eres la niña más bonita [...]"

"Que eres la niña más bonita

que mis labios han disfrutado,

que mis ojos con una imagen,

jamás gozaron tanto."

Nunca antes sentí tal sentimiento

y ahora sabiendo quién eres

se han derrumbado todos

y cada uno de los pilares

de los cuales sujetaban mi vida.

Ahora quizás queden dos o tres en pie,

prácticamente inservibles,

porque solamente ahora me sujeto

a una plataforma

la cual lleva escrita tu nombre.

Hace tiempo ya

-tu lo sabes bien-,

me convertí en un ser, que no sabía ser.

Me negué por activa y por pasiva

a volver a querer,

no quería ser súbdito del te quiero,

me impedí ofrecer de nuevo,

un pedazo de corazón.

No quise volverme a engañar,

no quería pensar que mi vida

estaría enganchada de alguien,

pendiente siempre de un fino hilo.

No quería alimentar el dolor

de los recuerdos pasados,

que con cada beso regalado

a cualquier mujer,

salían a flote y apuñalaba

cruelmente al portador

de estos labios malditos,

estas manos esclavizadas

a un cuerpo que, ya nunca jamás,

volveré a anhelar mío,

ni recordarlo como que lo fue.

Porque hay veces en la vida

que por destino o casualidad,

te encuentras con una persona

fácilmente confundible

con una divinidad.

Y ya puede ser manco, cojo o tuerto,

que esa será la persona que

te libere del pasado, del recuerdo;

de la melancolía, de la nostalgia;

de la muerte; la que regala vida.

Y ya puede estar en el campo o la ciudad,

en New Orleans, o en Kingston,

que sabes que por ti,

viajo al Fin del Mundo, y retorno

siempre con una sonrisa

preparada para Ella.

No son versos para decirte

te quiero,

si no para recordarte

que más que te quiero,

hasta morir.

Menos 65%

Todas mis capacidades,

han mermado en un 65%.

¿Esto qué quiere decir?

Que ya vivo menos de

la mitad, de lo que vivía antes.

Lo noto en la respiración,

rápida y nerviosa

que lucha por conseguir

un trago más de aire.

Lo noto en mi mirada,

semiapagada y sin color.

No pienso, no razono.

Solo actúo de una manera

torpe y cansada,

acometiendo con lo que

se me pueda cruzar por el camino.

Los pilares que sujetan mi vida,

empiezan a precipitarse hacia

un acantilado, apodado,

como el del Olvido,

uno a uno, despacio,

para que empujen la daga

que apoya contra mi pecho.

Uno a uno se desfragmenta

mi vida.

Una a una cae cada piedra.

Segundo a segundo,

me clava la daga.

Respiro a respiro...

me apaga la vida.

Versos Inconexos

De nuevo ese sentimiento

de vacío, de incomprensión,

de luchar yo solo contra

todo el mundo...

Me vuelvo a esconder

para poder pensar gritando,

no quiero que el mundo

escuche mis quejidos,

simplemente quiero

con mis aullidos

desgarrar todos los tejidos

que envuelven mi corazón.

Lo quiero desenvolver para

poder comprobar qué es

lo que habita en el,

qué es lo que tapona

las aurículas, los ventrículos,

qué especie de congestión es,

lo que no me deja respirar,

lo que no me deja vivir.

Es un sentimiento extraño

ocurrido con la llegada

de la primavera, acompañado

con la distancia de la chica

que tal vez quieras,

agitado y removido

con enormes dosis de alcohol

y de sustancia ilegales,

que son por la sociedad

catalogadas como inmorales.

No quiero ser consciente

de que la quiero más

de lo que afirmo,

y que la necesito más

de lo que pienso.

Me niego a pensar

que hay otros escuchándola,

o que ella escucha a otros.

… …

Al fin vuelo a por ella,

he llegado al estado

en el que los pies ya

no tocan el suelo,

en que las yemas de los dedos

no tocan nada, sino acarician,

mis ojos ya no ven lo real,

según paso construyo

el mundo a mi manera,

a mi imagen y semejanza:

caótico, desordenado, revuelto.

… …

Solamente queda bajar al suelo,

despertar de toda conexión mística.

Vivir lo real, ahorcar las ideas.

Ya no me queda nada de decencia

en estas palabras,

mi poesía, ya no es lo que era,

ahora la noto más que vacía,

con versos inconexos

sin ningún principio ni valía.

Son excrementos expulsados

por la tinta. Pequeñas garrapatas

que manchan el blanco roto del papel,

pequeñas tonterías

que manchan el noble

nombre de la poesía.

No merezco escribir más versos,

no debo, de hecho,

volver a coger un bolígrafo

para no volver a mancillar

el arte.

Por eso me tomo la libre libertad

de decidir, cómo me apetece vivir,

a quién quiero querer,

cómo gastar mi vida.

Quiero ser el dueño

de mi existencia, evitar,

por encima del amor,

todo aquello que me pueda dañar.

… …

No puedo engañar a nadie,

quieras que no,

tu eres la propietaria

y ama de mi vida.

La facilidad con la

que escribo estos versos,

es equiparable

con la forma que te quiero,

con las veces que sueño

que te robo los besos.

Me reiría de quién dijera

tiempo atrás

que lo nuestro

fuese a ser una de las

historias más bonitas,

de que tu serías

de las personas

a la que más querría,

de que algún día

conseguiría verte entre

mis temblorosos brazos.

No esperaba jamás

que tú me hicieses

quebrar mi voz

cada vez que te mire.

Y es que ahora es

cuando temo al tiempo

y a la distancia a la vez,

nada más me da miedo.

Más que al tiempo

y a la distancia.

Ruido

Ruido, ruido, ruido, ruido, ruido, ruido.

Retumba en mis oídos,

retumba, retumba, retumba.

Rasga todo pensamiento,

rompe, destroza, inunda mi cerebro.

No me deja pensar,

no me deja escribir.

No me deja escribir.

No me deja escribir.

No me deja escribir.

NO ME DEJAS ESCRIBIR.

¡NO ME DEJA ESCRIBIR!

Hoy me he vuelto a quedar a cerrar los bares

Hoy me he vuelto a quedar a cerrar los bares

con la absurda intención de que el tiempo

pase más deprisa. Intento trasnochar

para que mi ser logre olvidar

que nos separa el tiempo, y no la distancia.

Que derramo lágrimas de sangre

bañadas de deseos, por la calle,

que envidio a tu sombra.

No sé, por qué me enamoro

de personas del futuro, no quiero a las presentes

y amo a las del pasado.