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Bienvenido al burdel de las palabras,
dónde las más putas palabras
se desnudan para deleitar tus oidos,
excitar tus sentimientos
y empalmar tus emociones.

domingo, 11 de agosto de 2019

Corre, ven a ver el firmamento conmigo


Me gusta el desvelo, el pasar la noche nervioso; me gusta más incluso que el olor del pelo de aquella chica (que nunca olvido). Taquicardias cotidianas, sudores antinatura con ese hedor de laboratorio. No es por echarnos flores, pero este cielo es benemérito de desgraciadas como nosotras. No es por presumir de las circunstancias, pero vivimos tranquilas siempre que guarde distancia entre lo afectivo y lo emocional. No es por llamar la atención pero cuando no entiendo, lloro, grito y me rompo; a lo lejos, se estremece el mar. Vosotros, estúpidos humanos, lo intentáis canalizar: y la naturaleza no entiende de cauces perentorios, mucho menos regla la relación interpersonal; somos meritorios de toda la mierda que nos acontece. Somos la diana perfecta para la miseria, para la desgana y los contratiempos; nosotras seguimos aquí, con la sonrisa bobalicona y entrelazando conversaciones desparejas malamente masculladas por una boca (os aseguro, en serio, tuvo momentos mejores) que no sabe ni lo que piensa y mucho menos lo que su corazón siente. No me importa. La falta de ambición es el remedio para controlar la frustración; y para el apego... Para controlar el (des)apego, solo hace falta seguir la delgada línea que conduce a una situación marginal.

Y es ahí desde donde os escribo. Es aquí donde descubro todas las experiencias de superación: callar, huir y agazaparme hasta que todo pase.
[Al menos es más fácil (y doloroso) que enfrentarse a la realidad]
Pero mirad, mirad qué cielo; no me importa que mi alma ya esté ardiendo junto con Abadonna*.

[Abadonna, "el Demonio Arrepentido". Según los escritos del "Ars Goetia" (libro del S.XVII que explica los 72 demonios y las fórmulas apropiadas para llamarles, que supuestamente evocó en su época el Rey Salomón obligándolos a trabajar para el), se le conoce como el Arrepentido y era el encargado de la comunicación entre Dios y el humano devoto que acudía a Él en medio de profunda desesperación  o situación de extrema desdicha. Fue uno de los ángeles que atentó contra Dios en una de las guerras en el firmamento, dejándose influenciar por malos consejeros. Al ser arrojado al fuego eterno, se dió cuenta de su gran error y llegó al arrepentimiento, pero sin conseguir el perdón y la redención. Con el sentimiento de culpa de haber provocado todo lo que había presenciado,  se alejó de Cielo e Infierno errando por el mundo y perturbando a los humanos desprovistos y llenos de angustia jugando con sus mentes débiles agotadas por la situación. Culpable del suicidio, la traición y el engaño; llena a los jóvenes de desesperación sin sentido e inseguridades innecesarias, genera pesimismo y la paranoia, es quien induce al joven a la locura. Su aspecto no terminó de perder la belleza y juventud angelical, pero debido al Fuego Eterno sus alas se tornaron negras y su cuerpo tiene un aspecto putrefacto.]