“Mira cómo duerme”,
me recuerda mi mente
mientras me fumo el cigarro
de desahogo.
Su espalda, se vislumbra en
la oscuridad
con el fino reflejo de la luna
que entra por la ventana,
tenue, pálida, y bella.
Una figura perfecta,
que minutos antes fue caótica,
ahora respira suavemente
después de haber
soltado mil improperios
con cada agitada respiración.
El cigarro se me consume
en los dedos,
y la miro.
Es demasiado bella,
es totalmente perfecta,
tumbada boca abajo
totalmente exhausta,
dejando entrever
sus redondos pechos
entre la cama y su cuerpo.
Observo, silenciosamente
cómo se alza cada poco,
para volver a caer sobre su lecho,
lecho que fue zona de combate,
ahora es zona de sueños.
Y yo sueño incluso despierto
que esto se repite todas
y cada una de las noches
que me quedan de vida.
Junto a ti.
Apago el cigarro totalmente consumido,
y me acerco silenciosamente
hacia ella, recorriendo su espalda
con mis áspera manos,
dejando caer algún
lastimoso beso sobre su cuerpo.
Y siento que la quiero
con cada suspiro
que suelta en sueños,
con esa sonrisa que tiene
cuando duerme,
con esa belleza que
se remarca cuando descansa.
Me dejo caer a su lado,
agarrándola de la cintura
con un movimiento lento
de dedos,
con un nerviosismo anormal.
Quizás tema a que despierte
y se rompa toda armonía
creada por ella.
Se arrejunta hacia mí,
pegando su cuerpo sobre el mío,
agarrándome inconscientemente,
regalándome suspiros sobre mi cuello.
Y siento que nos volvemos a unir
en solo una persona,
en un único ser.
Duerme niña,
que hoy yo te protejo.
Es preciosisimo
ResponderEliminar(TOTA armonia)
Muy bueno Javi. Me encanta!
ResponderEliminarEs precioso,escribes genial.
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