Me ha sorprendido encontrar
aún hoy hojas enteras.
Hojas que no vislumbran el final
de una muerte vestida de vida.
Me sorprende encontrar hojas intactas,
esquivas de mi vicio y de la locura
que contra mi, impunemente impactan.
Aún se podría escribir sobre ellas
sin que la tinta patine
o mal escriba.
Blasfemia de cuaderno cuando
sus esquinas -o la ausencia de-
marcan la diferencia entre
salud o locura; cordura o realidad.
No os niego mi gran vergüenza,
no la oculto al igual que nada de mi persona.
Soy tan cristalino como el fango
y tal como lo escribo
ni de coña lo vivo.
Llámenlo falaz,
pero es difícil vivir acorde con tu persona
cuando esta, malcriada,
te trata con sorna;
siendo yo mi primera burla,
siendo yo la pura ironía.
Hoy ha hecho sol.
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